El caso Furtwängler

Mundiclásico.com/ Carlos Ginebreda, viernes, 20 de enero de 2023

La historiadora francesa Audrey Roncigli hace tiempo que se interesó por la figura del director de orquesta alemán Wilhelm Furtwängler, y más específicamente por la relación entre Furtwängler y el nazismo, como es el libro objeto de la presente reseña.

El Caso Furtwängler, Un director de orquesta en el Tercer Reich es el primer libro del género biográfico sobre Furtwängler que se publica en español, salvo error por mi parte, lo cual es de por sí importante (y además la traducción es excelente). En cambio sí se ha publicado la traducción dos libros por la Editorial Acantilado Sonido y palabra. Ensayos y discursos (2012) con escritos del propio Furtwängler y Wilhelm Furtwängler. Conversaciones sobre música  (2011) que contiene las diversas entrevistas que el director berlinés mantuvo con Walter Abendroth.

El hecho de que sea la primera vez que se traduce un libro sobre la vida de Furtwängler es algo sorprendente, porque en España se han publicado numerosos artículos, reseñas discográficas, programas de radio y entrevistas a personas que le conocieron. En España hay muchos melómanos de varias generaciones que son absolutamente entusiastas de las grabaciones y de la vida de Furtwängler. Tan sólo juntando los mejores artículos que han escrito críticos españoles se podría hacer un magnífico libro. No mencionaré los nombres porque hay testimonios tanto de personas que vieron a Wilhelm Furtwängler como de autores de libros sobre música y sobre todo muy buenos críticos que han escrito sobre este asunto. Lanzo desde aquí el guante para ver si alguien lo recoge.

Por otra parte, el hecho de que no haya traducciones de libros sobre Furtwängler se debe a que no existe a día de hoy una buena biografía de este músico. Hay una docena de libros sobre el director alemán, algunos buenos y otros prescindibles. Algunos tratan sobre diversos aspectos de su vida tales como About Wilhelm Furtwängler (en el título original Über Wilhelm Furtwängler escrito por Elisabeth Furtwängler, viuda del director, que creo que debería ser traducido al español (ya existen traducciones en francés, italiano y otros idiomas). Me consta que buenos críticos del mundo anglosajón o alemán han recibido el encargo de escribir una biografía sobre Furtwängler, pero por muy diversas razones aún no existe.

El libro de Audrey Roncigli es de los buenos, aunque trate parcialmente un aspecto fundamental que marcó de por vida a Wilhelm Furtwängler, su relación con el Tercer Reich. El libro que ahora se publica bajo el título El caso Furtwängler merece una aclaración. Por una parte se refiere en sentido estricto al proceso de desnazificación, que duró desde el 11 de diciembre de 1946 -que se inició con la declaración del acusado- hasta su definitiva resolución final, que fue dictada el 1 de abril de 1947. 

Pero en sentido amplio el caso Furtwängler se inició mucho antes. Desde que Hitler llegó al poder en 1933, Furtwängler ya se ocupó de ayudar a ciudadanos alemanes judíos, especialmente músicos cercanos. Quizás el inicio más virulento fue el artículo que publicó Furtwängler en el Deutsche Allgemeine Zeitung el 25 de noviembre de 1934 en defensa de Hindemith como músico moderno (según los nazis “Música degenerada” o Entartete Musik). El caso Furtwängler se inició en 1933 y terminó en 1945, con la derrota del régimen del Tercer Reich, un total de 12 años. 

¿Qué suponen doce años en la vida de una persona?, nos podríamos preguntar. Pues en el caso de Furtwängler significó mucho, y quedó afectado para siempre, pues había desaparecido para siempre una cultura, la de la Alemania de Weimar. En una ocasión, creo que fue en 1953 cuando Furtwängler grababa la Cuarta Sinfonía de Schumann para Deutsche Grammophon, la cosa no iba bien. Abandonó la sala de grabación y al salir dijo desesperado “Wo ist mein Deustchland?” “Dónde está mi Alemania?”.

El excelente libro de Audrey Roncigli, amplía el “caso Furtwängler” en más contenido. Explica los antecentes de Furtwängler desde su educación, incluyendo el período posterior a los años veinte, donde se produce la carrera triunfal del director de orquesta, sucesor de Nikisch, de von Bülow y de toda una tradición en la dirección de orquesta en Alemania. También trata el período de posguerra, y en qué manera afectó el período nazi a Furtwängler. Se incluye asimismo un análisis de las obras musicales que interpretó Furtwängler, incluidos los estrenos de obras contemporáneas. Finalmente se añaden anexos y una relación de bibliografía tanto en libros como en artículos en revistas especializadas. Este libro se convierte de esta manera en una obra que va más allá de Furtwängler y el Tercer Reich, y ello incrementa a mi juicio el interés potencial de los lectores.

De todas formas, el episodio de la desnazificación de Furtwängler es interesantísimo y muy atractivo para el lector. Tanto en la derrotada Alemania como en el bando Aliado el asunto tuvo gran repercusión. De alguna forma se estaba juzgando la colaboración de parte del mundo cultural germánico con la Alemania nazi, y el tratamiento sancionador que se le podía dar. Furtwängler se convirtió sin quererlo en el centro de un debate sobre la responsabilidad o la culpabilidad.

La investigación llevada a cabo por Roncigli es seria y rigurosa. Ha acudido a todos los archivos y fuentes disponibles. Están citados todos los expedientes y fechas. Hay testimonios de personas que vivieron aquellos días. Pero como la acusación provenía de hechos que se produjeron desde 1933 a 1945, la investigación de los hechos se analiza desde que empezó el nazismo. 

El expediente de desnazificación está muy bien explicado, y la primera circunstancia que aparece es que fue muy lento. Este hecho provocaba una gran impaciencia, por no decir exasperación en la persona de Furtwängler. En el expediente se presentaron testimonios de judíos que acreditaban la ayuda del director e incluso que les había salvado la vida. También se analizó el incidente de un comentario anti semita contra Victor de Sabata. Hubo muchas referencias la campaña orquestada por Rudolf Vedder y Edwin von der Nüll para enfrentar a Furtwängler contra Karajan. Los celos de Furtängler contra Karajan durarían para siempre. 

La prensa internacional ponía mucha presión contra Furtwängler y los soviéticos también acechaban. El General americano MacClure en representación de los Aliados manejaba el asunto como podía a través de otros oficiales. Furtwängler fue ayudado por el oficial americano Curt Riess. Sin embargo, lo que debía dilucidarse en el proceso es si Furtwängler había tenido una actitud moralmente reprobable o si había incurrido en responsabilidad sancionable por colaboracionismo con el Tercer Reich. El debate y la respuesta la tiene el potencial lector en este libro.

Alguien que llegase hasta aquí diría: esto da para una obra de teatro o incluso para una película. Y así ha sido, con lo que el “caso Furtwängler” ha sobrevivido en el tiempo más allá de lo que el propio director hubiera imaginado. No se trata de un biopic al uso actual, sino de una obra de teatro escrita por un buen autor como Ronald Harwood (que se publicó en 1995) y una película de un extraordinario director de cine como Itsván Szabò (que se estrenó en 2002 y existe en DVD), ambas con el título Taking Sidesdistribuida en España como Requiem por un imperio 

Fundamentalmente, se trata de un enfrentamiento de la acusación por parte del Mayor Arnold, que es un agente de seguros que no tiene ni idea de cultura ni música alemana, y la actitud de Furtwängler, que va pasando por varios estadios, desde la mera ingenuidad hasta el drama espiritual que está viviendo el personaje. 

En la película el papel del Mayor Arnold está magistralmente encarnado por Harvey Keitel y el de Furtwängler por un inspirado Stefan Skarsgard, en un film de excelente factura. 

En España se representó la obra en diversos teatros bajo el título de Tomar partido (en Madrid en el Teatro Figaro, en Sevilla en el Festival de Artes Escénicas, y en Barcelona en el Teatro Goya bajo el título Pendre Partit y con una magnífica interpretación de Josep Maria Pou). Creo que se representó en más lugares de España, y si el amable lector pudiera proporcionar más información sería de agradecer. También se difundió por Sudamérica.

Existe una grabación de Furtwängler del cuarto movimiento de la Primera Sinfonía de Brahms tomada en enero 1945 en el Admiralpalast, ya que la Philharmonie había quedado destruida por los bombardeos. En la primera parte se debía dirigir la Sinfonía nº 40 de Mozart, pero se apagaron las luces como alarma ante los bombardeos, y también se iba apagando la música hasta que Furtwängler se giró y dejó la obra sin acabar. El público se tomó un descanso y volvió a entrar. En la segunda parte el director ya empezó directamente con Brahms. El musicólogo Richard Taruskin describe este trágico registro “como si no existiese un mañana”. Así era Furtwängler.

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