Agustín Hidalgo
El confidencial digital/ 13 de septiembre de 2023
Ha caído en mis manos, un librito estupendo que se titula: Breve tratado sobre la estupidez humana; escrito por el catedrático, doctor en filosofía Ricardo Moreno Castillo. El librito hace alusión a la estupidez del hombre de nuestros días.
Al terminar de leer el primer párrafo, el prologuista se da cuenta que ha escrito «hombre», no, «hombre y mujer»; y quizás algunos lectores pensaran que se está refiriendo a la estupidez de la mitad del género humano, el masculino, omitiendo la otra mitad, el femenino. Empero, quién así piense, tiene un cierto grado de estupidez pues olvida, que además de los géneros masculino y femenino, también está el neutro, que permite referirse a ambos géneros y facilita la comprensión del lenguaje.
Dígase lo que se quiera, fuerza es convenir, hasta donde ha llegado en los últimos años la idiotez. Ya entrando en materia, el autor hace referencia lo que en principio fue aquel dislate de «compañeros y compañeras» y ahora como dicen muchos políticos en «portavoces y portavozas». Todo es empezar para que la idiotez humana, hermana de la ignorancia siga prolongándose hasta límites impensables. El autor sustenta con buen criterio como también la ideología alimenta la estupidez.
Francésc Carreras el prologuista del librito, cita muy acertadamente a Ortega y Gasset que decía lo siguiente: «la claridad es cortesía del filósofo»; esto es fundamental para el entendimiento entre las personas y por eso existe un género «neutro»; útil en el lenguaje, empero inexistente en la realidad. Pero la idiotez es inherente a la especie humana, lo que complica la comunicación entre las personas.
Soy economista, no filólogo; a lo largo de mis años de vida, he leído infinidad de libros, impartido presentaciones en empresas y he escrito un número indefinido de artículos, lo que me ha reportado un razonable conocimiento de la lengua española, por lo que no me hace falta consultar con el diccionario de la lengua para saber lo que está mal o bien escrito.
Unamuno decía: «no hay tonto bueno y añadía, y mucho menos si es amigo de burlas». El que lo hace es un estúpido. Decía Jonathan Swift, lo siguiente: «jamás he conocido un bromista que no fuese un necio». Hay multitud de ejemplos y escritos que hacen referencia a la estupidez, la imbecilidad y la idiotez. Como añade el autor: el imbécil suele confundir lo que es bromear alegremente con gastar bromas de mal gusto soltando impertinencias.
Como epílogo del librito, el autor da algunas fórmulas para poder luchar contra la estupidez que es condición humana. Un ejemplo es distraerse en llenar el tiempo libre con la lectura y la escritura; el que lo hace, tiene un punto de inteligencia que ayuda a borrar la idiotez.
about:blank Para concluir: los tontos que se esconden tras una ideología, pretenden resolver su carencia de ideas propias. En eso consiste lo que hoy se denomina «políticamente correcto»: es decir, sostener lo que dice todo el mundo para no crearse problemas con los demás. Un librito muy interesante, muy acertado y bien escrito que hay que leer.