Tal día como hoy, 4 de noviembre, pero de 1922, el británico Howard Carter descubrió en Egipto, en el Valle de los Reyes, la KV62, tumba de Tutankamón, uno de los descubrimientos arqueológicos más sensacionales de la historia de la egiptología, debido a la gran riqueza arqueológica encontrada. Pero ¿quién fue el «inventor» de la egiptomanía? Tenemos que remontarnos a finales del siglo XVIII y comienzos del XIX, a Francia, para encontrar a Vivant Denon, indiscutiblemente padre de la egiptomanía.
En palabras de Philippe Sollers (Vivant Denon: El caballero del Louvre), «el barón Dominique Vivant Denon fue, durante el primer Imperio, el fundador del actual museo del Louvre, y la entrada principal, hasta la actual pirámide, se hacía precisamente por el Pabellón Denon (la inscripción frontal sigue siendo legible).»
Denon acompañó a Napoleón Bonaparte durante la expedición de 1798 a Egipto. Denon fue quien le indicó al general qué piezas del botín de guerra debían llevarse de vuelta a Francia. Con Sollers podemos afirmar que fue Denon quien, a su regreso, inventó, en suma, le egiptomanía, mediante el éxito internacional de su relato (Viaje por el Bajo y Alto Egipto) y de sus grabados. La expedición francesa a Egipto provoca un diluvio de egiptomanía.
El best seller de Vivant es una de sus causas. Nombres de calles, pirámides funerarias, muebles, servicios de mesa, decoraciones de todo tipo: la Esfinge está en todas partes.