El recientemente publicado libro sobre el paisaje en las letras españolas, titulado Imagen del paisaje. La Generación del 98 y Ortega y Gasset, es la mirada de un geógrafo, Eduardo Martínez de Pisón, sobre una aportación literaria sustancial al paisaje español.

El próximo miércoles 23 de enero, en la Librería Rafael Alberti (c/ Tutor nº 52, Madrid), tendremos oportunidad de presentar el último libro de Eduardo Martínez de Pisón, maestro geógrafo y viajero incansable, buen conocedor y amante del paisaje. Nos acompañarán Pilar Rubio Remiro, periodista cultural y experta en literatura de viajes y paisaje, fundadora del blog La Línea del Horizonte; y Helio Carpintero, catedrático de Psicología, miembro de la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas, ensayista y buen conocedor de la filosofía y pensamiento español contemporáneos.
Este libro de un maestro de la geografía española de hoy, Eduardo Martinez de Pisón (autor también de El largo hilo de seda: viaje por las montañas y desiertos de Asia Central -Fórcola, 2011), nos revela el enorme tesoro de intuiciones literarias en torno al paisaje español que fue creciendo en las novelas, los poemas, y hasta en los «esperpentos» de los escritores de la generación del 98 y, aún más, el acierto y la finura con que el talento de un filósofo como Ortega y Gasset exploró cuestiones esenciales entre el hombre y sus paisajes, y que la ciencia geográfica contemporánea, por su parte, también ha reconocido en la mayoría de casos.
Nuestra intuición como lectores de estos grandes escritores era que a su través habíamos aprendido a ver nuestro paisaje, nuestro mundo físico e histórico, como algo que de algún modo nos constituía y alentaba. Nuestra mirada se había enriquecido y cultivado. Este libro nos descubre que en esas intuiciones había y hay también un tesoro de saber precientífico.
La imagen cultural del territorio español tiene lógicamente que ver con la que se desarrolla en Europa desde Petrarca hasta los escritores y pintores románticos. Pero en fechas recientes incluso adquirió esa imagen tal calidad propia que ha otorgado un revestimiento cultural al paisaje del cual surgió.
Esta imagen fue la que sintieron e idearon los artistas de la generación de 1898 y los intelectuales y creadores de la primera mitad del siglo XX. Su mirada otorgó una imagen estética, intelectual y filosófica a ese paisaje, y conformó en el horizonte intelectual español un legado de valores otorgados a los lugares.
Su conexión mayor con la filosofía se establece primero con Unamuno y, luego, con Ortega y Gasset. Ortega, que fue explorador de teorías geográficas y descriptor inteligente de paisajes, se refiere en las Meditaciones del Quijote a una postura ante el mundo, la actitud vocacional, más movida por el entusiasmo que por la obligación, la que no se sirve de las cosas sino que procura buscar el sentido de lo que nos rodea. Si un hombre golpea con vigor la tierra donde pisan sus plantas, allí saltará una fuente de conocimiento y de satisfacción. La mejor actitud ante las cosas, y por supuesto los paisajes, es, pues, el entusiasmo.
Cuando tenemos un paisaje concreto bajo nuestros pies, pisémoslo con la fuerza del entusiasmo y allí brotará la fuente de la manera desprendida de descubrirlo y atenderlo.
La cita es en:
Librería Rafael Alberti (c/ Tutor, nº 57, Madrid)
Miércoles, 23 de enero
19:30 horas
Os esperamos.