Tintín en la Feria del Libro de Madrid

La Feria del Libro de Madrid cumple 70 años y Fórcola no podía faltar a la cita. No gozamos aún de un catálogo suficiente (en número de títulos) que nos permita cumplir con la legalidad de los estatutos de la Feria, fijados por el Gremio de Libreros de Madrid, por lo que este año no hemos disfrutado de una llave de caseta (la llave, símbolo de mando en plaza, que lleva a muchos a la gloria, a otros, al limbo o directamente al infierno); quizá el año que viene.

Aún con todo, Fórcola ha asistido a la Feria con lo mejor que tiene: un magnífico libro y buenos amigos. Gracias a la generosidad de Felicitas Corvillo, de Librería Polifemo (caseta 167), Fernando Castillo Cáceres tuvo la oportunidad de firmar ejemplares de su nuevo libro:

Tintín-Hergé: Una vida del siglo XX, así como de otro de sus rigurosos ensayos: Capital aborrecida. La aversión hacia Madrid en la literatura y la sociedad, del 98 a la postguerra (Madrid, Polifemo, 2010).

La tarde del sábado transcurrió cumpliéndose una de las máximas de la Feria del Libro de Madrid: primer fin de semana, mucho paseante y pocas bolsas.

A pesar de todo, no faltaron buenos amigos que se acercaron a vernos y Fernando Castillo tuvo ocasión de estrenar el tampón de tinta diseñado para la ocasión: un Tintín asomado a la ventana, oteando una nueva aventura.

Fernando convirtió de nuevo la dedicatoria en un arte.

Buena conversación y buen humor para afrontar una nueva Feria con el ánimo de aportar valor: por nuestra parte, un ensayo riguroso y ameno que, sin caer en el academicismo, pretende acercar al lector más o menos curioso una peculiar historia del siglo XX a través de la vida de Georges Remi y su singular creación, el intrépido reportero Tintín.

Por parte de la librería Polifemo, fiel a su tradición, un año más dedica su caseta a un tema monográfico. Hace seis años, en mayo de 2005, editó un impresionante catálogo dedicado al «IV Centenario de El Quijote». En la edición del año pasado, el tema elegido fue el de «Libros sobre Libros», que hizo las delicias de muchos bibliópatas y bibliómanos como yo. En la contra, esta librería de Madrid subrayaba entonces en su «editorial»: «Cuando algunas voces vaticinan un futuro muy poco prometedor para el artefacto perfecto que llamamos libro, hemos creído que lo mejor era mirar en torno nuestro y recoger unas cuantas referencias bibliográficas sobre su historia y su utilización, sobre las técnicas utilizadas en su confección y los medios de conservarlo».

En esta ocasión el tema elegido ha sido el de «Viajes de extranjeros por España», un catálogo de 24 páginas lleno de curiosidades y referencias variopintas, que suscitarán el interés y el apetito bibliofrénico de mucho lector curioso. De la «editorial» de este año destaco un toque de atención de estos libreros comprometidos: «Dos conclusiones se imponen al hacer el balance de las búsquedas bibliográficas: antes y ahora la oferta editorial es efímera, muy efímera, y la innegable abundancia de títulos no se corresponde con la calidad de la información disponible ni con una distribución adecuada. Por tanto, y a pesar de las nuevas herramientas a nuestro alcance, los problemas siguen siendo los mismos, pero acentuados».

Feli, la librera de Polifemo, con buenos amigos: Paulo Cosín (Morata) y María Luisa Massa

Me hago eco de esta iniciativa de valor, y de las reflexiones valientes de estos profesionales y enamorados del libro y de la edición, para reivindicar una vez más una Feria del Libro que aporte valor, que supere el modelo de caja registradora y que garantice y apueste por la riqueza y la diversidad del patrimonio bibliográfico, que en muchos sentidos, representamos los pequeños editores, y que premie iniciativas como la de estos libreros que ennoblecen su profesión y nos hacen un poco más felices.

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