Lo logramos: algo que, por las fechas y las tórridas temperaturas, prometía ser una simple y apagada presentación de un libro fuera de temporada, gracias a la generosidad y profesionalidad de Lluís Morral y su gente de la librería Laie, y gracias también a la militancia y el entusiasmo de los miembros de la Associació catalana de tintinaires 1001, se convirtió en un verdadero encuentro tintinófilo.
Fernando Castillo nos deleitó de nuevo, con elegancia y buen hacer, con su una amena charla sobre George Remí y su creación más internacional, Tintín. Las aventuras de Tintín sirvieron de excusa para hablarnos sobre los grandes acontecimientos del siglo XX de los que Hergé se hizo eco en sus maravillosos álbumes. Este es el horizonte argumental desde el que cobra sentido el nuevo ensayo de Fernando Castillo, Tintín-Hergé: una vida del siglo XX, recién publicado por Fórcola, y que logra, por su profundidad, densidad y estilo, estar a la misma altura que la monografía sobre Hergé escrita en los años ’90 por Pierre Assouline. Vocación de estilo y vocación de ensayo, que el público tintinófilo agradecerá, por la riqueza de sus análisis, pero que sobre todo valorará el lector del género ensayo, por la riqueza de sus interpretaciones y su capacidad de relacionar diversas disciplinas, como la literatura, la pintura, la arquitectura o el cine.
En la mesa nos acompañaron David Baker, «Xifort» y Josep Sucarrats, miembros de la Associació catalana de tintinaires, 1001, una asociación que quiere reunir todos los tintineros de Cataluña, y una de cuyas finalidades es la divulgación y el estudio de la obra de Hergé. David Baker tuvo unas palabras elogiosas al libro de Fernando Castillo en su entusiasta intervención, llegando a afirmar que el libro Tintín-Hergé «es el libro que a todo tintinero le hubiese gustado escribir».
Muy interesante fue el debate que propiciaron las agudas preguntas de David Baker a Fernando Castillo. La primera, una de las más polémicas respecto a la vida de Georges Remí, se refirió al ambiguo papel que Hergé jugó en la II Guerra Mundial. Castillo argumentó su prolija respuesta de forma muy clara, llegando a plantear que, de igual manera que «Tintín no es racista, sino colonialista», «Hergé no puede ser considerado un colaboracionista, como tampoco un miembro de la resistencia».
Los miembros de la mesa tuvieron una reflexión complementaria sobre los flecos y alusiones ciertamente desafortunadas, por sus referencias antisemitas, de uno de los álbumes más «oscuros» de las aventuras de Tintín, La estrella misteriosa.
La amena intervención de Josep Sucarrats intentó subrayar el perfil periodístico del reportero Tintín, sus peculiaridades como profesional del periodismo, así como sus contradicciones. Tintín, según Sucarrats, ha sido fuente de inspiración para los profesionales vocacionados al periodismo y la comunicación.
También los álbumes de las aventuras de Tintín reflejan en alguna ocasión, según Sucarrats, lo peor de la profesión, y nos hizo recordar a los presentes algunas viñetas de Las joyas de la Castafiore.
Finalmente, la amena velada se completó, con broche de oro, con las diversas y oportunas intervenciones de miembros del nutrido público (más de cuarenta personas, algo increíble en estas fechas), que con sus comentarios y preguntas, dinamizaron el debate hasta bien avanzada la tarde.
Gracias a la generosidad de Joan Trulls, miembro entusiasta de la Associació 1001, disponemos de estas estupendas fotografías que sirven para ilustrar este post.
Nuestro agradecimiento a David, a Josep, a Joan, por su complicidad tintinesca con el libro de Fernando Castillo y con Fórcola, y a Librería Laie por su amabilidad, su hospitalidad y su profesionalidad.
Barcelona, hasta la próxima.
¡Viva Tintín!