Un pequeño editor en Liber

La semana pasada tuve oportunidad de estar en Barcelona, con ocasión de la celebración de la 28ª Feria Internacional del Libro Liber, que ha contado con Puerto Rico como país invitado de honor. Aunque llevo bastantes años asistiendo a Liber (primero como vendedor de Cd-rom educativo con la librería Paradox; más tarde, como Director Comercial de Ediciones Siruela; los últimos dos años como editor responsable de la colección de ensayo de Páginas de Espuma), ésta ha sido una ocasión especial: es la primera vez que Fórcola Ediciones participa oficialmente como expositor en dicha feria.

El martes, a primera hora de la mañana, comenzó en la estación de Atocha un viaje lleno de ilusiones pero que prometía poco –al revisar la escasa confirmación de citas de mi agenda– y que tenía por objetivo presentar en sociedad este sello editorial y sus novedades, además de repartir su flamante primer catálogo diseñado por Silvano Gozzer. El primer encuentro lo tuve en Pla de Palau, en pleno Gothic de Barcelona, tomando un café con dos muy buenos amigos: Inka Martí y Jacobo Siruela, maestros artesanos de su espléndida Atalanta. Con ellos tuve intercambio de catálogos, buena conversación y algún plan de visitar el Ampurdán en próximas fechas. Recomiendo encarecidamente que leáis el texto introductorio de Jacobo a su Catálogo 2005-2010, un ejercicio de reflexión sobre el presente y futuro de la labor del pequeño editor, como a él le gusta definirse.

Nuestros libros han estado expuestos a la vista (y el tacto) del público visitante (editores, libreros, distribuidores, bibliotecarios, traductores, lectores todos) en el stand colectivo de la Asociación de Editores de Madrid. Por azares del destino, y gracias a una ordenación alfabética, el módulo individual de Fórcola ha gozado de una ubicación privilegiada dentro del stand, siendo una de sus dos proas capitanas, la correspondiente al pasillo E, de tal forma que curiosos y paseantes sin rumbo han «topado» literalmente con nuestros libros. La nomenclatura D-445 ha servido de coordenada en clave para dar cita a amigos y colegas, y estos tres intensos días han sido oportunidad de entrañables encuentros personales.

Esta feria me ha deparado alguna sorpresa, y más una satisfacción personal y profesional. La primera sorpresa, más que en la frente, fue en el catálogo: por no se sabe qué manejos de un gracioso Púca, la página 194 del Catálogo –gratuito– oficial de Liber informa que el personal directivo de Fórcola Ediciones «presente en la Feria» es «Fco. Janes Jiménez» (sic). Me llena de orgullo que Liber, o la Fira de Barcelona, me emparenten con una de las familias de editores más prestigiosa del país, pero me molesta que se hayan comido la tilde.

Para un convaleciente de un esguince de segundo grado, la electricidad estática de la moqueta del pabellón de la Fira no es precisamente el mejor tratamiento, y las maratonianas sesiones, de pie durante horas, a la búsqueda de posibles nuevos clientes (libreros y bibliotecarios) a los que seducir con nuestros libros, debían cada noche contrarrestarse en el hotel con varias bolsas de hielo y un buen wiski. El esfuerzo ha merecido la pena, y cada nuevo encuentro con colegas y amigos ha resultado ser el mejor tratamiento.

Las primeras en visitarnos han sido algunas buenas amigas: Charo Amador, la más que librera, animadora cultural de la librería Rayuela de Valladolid, y responsable del programa literario cultural de Castilla y León  Silencio se lee, que podéis seguir en Facebook. Ella y su compañero, Juan José Moratinos, de Babel libros (nuestro distribuidor en Castilla y León) se mostraron entusiasmados con el libro La ciudad de los extravíos: Venecia es siempre un buen motivo de conversación y desde luego un destino de viaje siempre apetecible. Tuve ocasión de presentar a Charo a dos forcolianas de pro, cuya militancia con la editorial tiene mucho de complicidades y afinidades electivas: María José de Acuña, experta en SEO y comunicación cultural en redes sociales, y entusiasta seguidora de mi humilde trabajo, y  Amelia Pérez de Villar, valiente traductora del último libro de Harold Bloom publicado en España, y que ha decidido con humor plantarle cara a alguna impertinencia de la crítica. Desde que los tres nos conocimos en los talleres de la Escuela de Escritores, ellas como alumnas, yo como excéntrico profesor, nuestros encuentros siempre son motivo de alegría y lúcidas conversaciones.

Amelia repitió visita, esta vez custodiada por dos todoterrenos de la blogosfera: Alberto Vicente y Silvano Gozzer, responsables de Anatomía de la Edición, un blog muy profesional que ha aportado de forma regular interesantes estudios sobre el uso de las nuevas herramientas 2.0 en la comunicación en redes al sector editorial. A los tres se les ve felices y contentos con el trabajo de Silvano con el diseño de cubiertas, marcapáginas y catálogo de Fórcola. La verdad es que el stand quedó muy llamativo.

Alberto y Silvano repitieron visita, esta vez junto con otro forcoliano, David Soler, responsable de Social Media Marketing, y apasionado seguidor del mundo del libro, la edición y los blogs dedicados al sector del libro y la lectura. Los tres conversan en la foto con nuestra buena amiga Patricia Arancibia, incombustible animadora cultural y responsable de la adquisición internacional de contenidos digitales de la cadena de librerías Barnes & Noble. La comida posterior fue motivo de una divertida charla sobre los otros best-sellers del mercado del libro, aquellos que versan sobre gatos bibliotecarios, quesos desaparecidos o princesas que leen cuentos de hadas.

Las visitas se sucedieron, esta vez dos libreras muy especiales y unidas a Fórcola: Pilar Pérez, de la librería infantil Dragón lector, una de las animadoras a la lectura más militantes de la Comunidad de Madrid, acompañada en la foto por Feli Corvillo, de la librería Polifemo, una de esas librerías especializadas (en cultura y buenos libros) donde uno pasaría las horas «vivas» ojeando y hojeando, finalmente tocando, los libros.

Dos encuentros blogueros superaron mis expectativas: el primero, de la mano de Henry y Pablo Odell, responsables primero de Revista Tökland y ahora de Pensódromo 21, un ciber-espacio dedicado a la elaboración de ideas sobre la nueva edición. No vinieron solos: Martín Gómez, siempre lúcido en su [el ojo fisgón] ejerció de contertulio de fina ironía en una charla amigable sobre libros, diseño de cubiertas, y retos de la nueva edición. Los encuentros a tres y cuatro bandas lograron su culminación en alguna que otra cena en grupo, junto con Manuel Gil, de Antinomias Libro, Manuel Ortuño, de Trama Editorial, y Joaquín Rodríguez, de Los futuros del libro, hasta completar el grupo de los «innotables» dedicados, hasta altas horas de la noche, al noble arte de la conversación sobre el libro y la lectura.

Finalmente, quiero dejar aquí un recuerdo especial a tres señores que deseaban conocernos y coincidieron en el stand con Pilar Pérez: Jesús Gallent (Ontecnia y Lecturalia), Pablo Barrio (452º F) y Pablo Gavilán (entrelectores). Les ha gustado Fórcola y nos ha encantado su visita e intercambiar lecturas con ellos.

Uno de los pequeños placeres de este Liber: el café del stand de Puerto Rico. A vuestra salud y gracias a todos por vuestra visita.

El balance de la visita a Liber no puede ser más positivo: hemos dado a conocer el sello, presentándolo a libreros, distribuidores, bibliotecarios de España, Europa, USA e Hispanoamérica; hemos abierto mentes y corazones de amigos y colegas a que conozcan y se enamoren de nuestros libros. Hemos hecho nuevos amigos, ¿qué más podemos pedir? Sí, claro, que alguno nos compre un libro.