Miguel Pérez Pichel / El Debate, sábado 25 de octubre de 2025
Quince frases de Julio Camba, el genial periodista que labró su mito como «el solitario del Palace»
Julio Camba es uno de los columnistas más destacados de la historia del periodismo español y supo mostrar, con su fino humor y su elegante escritura, una particular visión del mundo
Referente del columnismo español, maestro de generaciones de periodistas, referente de las letras españolas al igual que otros periodistas de su generación, como Josep Pla o Manuel Chaves Nogales, Julio Camba ha pasado a la historia de la prensa española por sus artículos llenos de humor y de agudeza con que analizó su tiempo.

Camba escribió de todo y de todos. Desde las páginas de la prensa diaria española el periodista gallego abrió a los españoles al mundo con sus crónicas sobre Inglaterra, Alemania o América, sus crónicas contemporáneas, sus semblanzas de personalidades contemporáneas y hasta su visión de la gastronomía (La casa de Lúculo).
Ha dejado una profusa relación de artículos que trascienden a lo periodístico para sumergirse en el campo minado de la literatura. Porque Camba no era solo un periodista, sino que fue un gran escritor cuya influencia se sigue notando hoy en novelistas y columnistas.
Después de coquetear con el anarquismo en su juventud fruto de su experiencia en Buenos Aires, a donde viajó con 16 años tras embarcarse como polizón, ejercerá, ya de regreso a España, el periodismo reconvertido en liberal.
Será testigo de la Primera Guerra Mundial nada más y nada menos que desde Berlín y se convertirá en una celebridad gracias a sus originales, y a veces desternillantes, crónicas de viajes.
Retirado en 1949 a la habitación 383 del Hotel Palace de Madrid (quién pagaba esa habitación da para otro artículo), de donde prácticamente no se movía de la cama, se convertirá en todo un personaje («el solitario del Palace»), arquetipo del bohemio-burgués que con tanto mimo cultivó.
Su obra, aunque se ha publicado en numerosas antologías, tiene un volumen de referencia: Páginas escogidas.
Sin embargo, llega ahora de la mano de la editorial Fórcola una original propuesta de antología de sus mejores artículos a partir del cual se ha confeccionado un «diccionario literario y sentimental» que permite percibir cómo era El mundo según Camba.
https://forcolaediciones.com/producto/el-mundo-segun-camba/Cuenta El mundo según Camba con prólogo del catedrático de Literatura y cronista taurino de El Debate Andrés Amorós.
- Si Inglaterra es un pueblo muy casto es porque es un pueblo muy borracho.
- Una cabeza alemana es algo así como La Mancha: árido, seco, sombrío, desolado.
- Un periodista no puede aburrirse nunca, ni aun en el Congreso.
- Los bares son templos de la moralidad ante cuyos umbrales desaparece toda tentación.
- Cada vez que un bilbaíno me invita a comer, me parece me da a comer hierro.
- No ha sentido nunca las tentaciones de la carne, ya se le haya presentado ésta en forma de mujer o ya en forma de solomillo.
- Antes la honestidad estaba muchas veces corrompida. Ahora está corrompido hasta el vicio.
- A todos los españoles suele indignarnos mucho el que los catalanes hablen catalán. Hay algo, sin embargo, que nos indigna más todavía, y es el que hablen castellano.
- El hecho, sin embargo, de que el hombre actual tenga mucha cabeza no significa precisamente que tenga mucho cerebro.
- Don Quijote la hubiera emprendido con su lanzón contra todos los malandrines adoradores de Cervantes.
- En Múnich el clima es lo de menos, y lo único importante es la cerveza. La cerveza es, como si dijéramos, el clima de Múnich.
- ¿Adónde iré a parar con mi alma, Dios mío querido –pienso para mis adentros–, si también el cielo está lleno de ingleses?
- El genio es un caso de idiotez. Para resultar genio se necesita ser muy bruto, o bien ser alemán.
- Los intelectuales, en España, se cotizan a menos que los conejos.
- Una nación se hace lo mismo que cualquier otra cosa. Es cuestión de quince años y de un millón de pesetas.

