Andrés Amorós / Libertad Digital, 30 de julio de 2024
Andrés Amorós recomienda Se prohíbe hablar con el conductor (Fórcola), una compilación de artículos.
Julio Camba fue un gallego universal, una persona muy interesante. Se acaba de publicar una recopilación de sus artículos en Se prohíbe hablar con el conductor (Fórcola), una edición revisada y anotada por el editor y escritor Javier Jiménez.
Camba (1884-1962) fue uno de los grandes periodistas españoles, comparado con Larra, Azorín, Chaves Nogales o Pla. Era un personaje muy peculiar, comenzó siendo lo que llamaban “anarco aristócrata”, es decir, que se metía con todo el mundo con mucha gracia. Lo mandaron de corresponsal en Berlín, París, Londres o Nueva York.
Era una persona inteligentísimo, amigo de Jiménez Díaz o Juan Belmonte. Vivió al final en Hotel Palace, pagado por Juan March (como se cuenta en la biografía El solitario del Palace escrita por Pedro Ignacio López García).
En este libro se comenta una frase de Muñoz Molina: “Leer un artículo de Julio Camba tiene un efecto inmediato: le lleva a uno a leer otro artículo de Julio Camba”.
Se prohíbe hablar con el conductor recopila dos antologías de artículos cosmopolitas, publicados hacia 1945, con el fondo pesimista de la II Guerra Mundial. Son bastante cortos, algunos de dos páginas, agrupados por temas: cine, médicos, barbas, bailes, modas o vejez.
Camba comenta las noticias que lee en la prensa internacional y en las revistas ilustradas. Hay muchas anécdotas, con su perspectiva insólita. Se trata de una edición muy cuidada, con fotos y notas históricas.
En estos artículos se trasluce cierta nostalgia del mundo de ayer y se percibe un profundo pesimismo. No se respeta nada porque no hay nada respetable. Se viste de oscuro: ¿se ha muerto alguien?
En conclusión, se trata de un libro muy interesante plagado de la ironía inteligente de Camba.