11/11/2022. Luis Pardo. Hoyesarte.com. Dirección de orquesta: tempo y tiempo de los más grandes
En un ensayo, el gran director de orquesta alemán Wilhelm Furtwängler se dirigió a los músicos con estas palabras: “Caballeros, esta frase debe ser… debe ser… debe… Bueno, ustedes saben lo que quiero decir. Por favor, inténtenlo de nuevo”. A Herbert von Karajan le preguntaron cuál era el punto exacto, en la trayectoria de su brazo, en el que cien integrantes de la orquesta comienzan a tocar simultáneamente justo en el mismo instante. Karajan contestó secamente: “¡Ni yo mismo lo sé! Lo hago por instinto…

Es algo que uno tiene que encontrar dentro de sí”. Podría ser que los grandes genios de la batuta tengas problemas para verbalizar lo que quieren, cómo lo quieren o cómo consiguen lo que quieren pero una vez en el estrado no tienen que hablar. Ahí la comunicación se establece a través del movimiento corporal, del lenguaje facial, de la particular gestualidad de cada uno… En su libro dedicado a Karajan, el pianista y profesor de música Leone Magiera asegura que si algo ha aprendido tantos años colaborando con enormes directores como el genio de Salzburgo o el rumano Sergiu Celibidache es que lo que les hace esenciales y marca la diferencia es “su capacidad para sentir dentro de uno lo que se desea obtener de la orquesta; y eso se transmite a los ejecutantes con la expresión de la cara”.
Según Magiera, los nombres mayores de la dirección son los que habiendo estudiado en profundidad la partitura, desentrañado las intenciones del compositor, ganado la confianza del primer al último instrumentista bajo su mando, además son capaces de encontrar su propia personalidad artística y manifestarla del modo más convincente posible. Ahí radica en buena medida la grandeza de la música clásica: que siempre puede llegar alguien a entregarnos, a estas alturas, un Beethoven o un Ravel que suenen distintos a todos los anteriores. Música, maestro. De Mahler a Dudamel es el encomiable esfuerzo de Rafael Ortega Basagoiti y Enrique Pérez Adrián por reunir en un libro los directores que han conseguido destilar esa personalidad propia a la que hace referencia Magiera….
