Venecia es desde hace años una de mis pasiones, no sólo viajero-literarias, compartida con escritores que frecuento como Joseph Brodsky, Javier Marías o Mauricio Wiesenthal, sino un verdadero icono de referencia para un editor por su vinculación con Aldo Manucio, uno de los padres de la edición, quien tuvo casa, imprenta y librería en uno de sus barrios. La inspiración veneciana propició el nacimiento de Fórcola Ediciones, y la fórcola es, desde su fundación, su logotipo.
La fórcola es un tipo de horquilla utilizada en la boga veneciana (técnica particular de remo que se desarrolla en el área de la Laguna de Venecia y en sus zonas limítrofes, en la cual un solo remero, con uno o dos remos, puede ser suficiente para hacer avanzar la embarcación). La fórcola, hecha de madera dura y tallada con minuciosidad, se trabaja de forma artesanal, sobre una curvatura natural del árbol, por lo que no hay dos fórcolas iguales. La fórcola que hoy en día conocemos es el fruto de la evolución de la boga veneciana durante siglos. Tiene el aspecto de una escultura, y de hecho muchas personas, venecianas o no, tienen una en su casa imitando su forma.
Una experimentación de siglos ha conseguido que las formas de este tipo de aparejos sean realmente elaboradas. Cada curva, cada ángulo, cada inclinación tiene una función bien precisa en la economía de la palada (agradezco a mi amiga Mar Velasco la transcripción del italiano de alguno de estos detalles). El diseño de la fórcola depende del uso de precisos contornos y perfiles que cambian en función de la tipología de la embarcación y de la posición de boga a la que son destinadas.
El material utilizado para la construcción de las fórcolas es la madera. Las piezas favoritas de los remèri (artesanos constructores de fórcolas y remos) deben responder a las características de notable dureza y elasticidad. Existen así fórcolas de nogal, de peral o de cerezo. Sus curiosas formas y su ancestral historia, como objeto singular y único en el mundo, me inspiraron para bautizar la editorial, pero no era fácil encontrar un logotipo.
Desde el principio busqué la manera de hacerme con él sin tener que recurrir a la habitual salida tipográfica. La solución artística del logotipo la logró inicialmente Jose Benito, sobre un boceto de mi mujer, María Luisa. Jose Benito, diseñador y dibujante, ha logrado recuperar el estilo de la pieza y su inspiración marinera, aunándola con la rudeza de la madera con la que se fabrica y la fuerza del nombre, en esdrújula rotunda. El resultado, el azul marinero de la Laguna sobre el blanco marmóreo de Santa Maria della Salute, recoge todo el espíritu veneciano en el que la editorial se inspira.
Sobre el modelo diseñado por Jose Benito, Silvano Gozzer y Jorge Portland redibujaron y dieron la apariencia final al logotipo tal y como hoy aparece en los libros de Fórcola, en línea con la imagen corporativa diseñada para la editorial. El resultado lo podéis juzgar vosotros mismos.
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