Mis libreros favoritos, 3: Marcial Pons

En mi periplo por los mis libreros favoritos hoy toca el turno a una librería con solera, de origen familiar y que hoy día, con más de 60 años de historia, y con varias librerías en Madrid y Barcelona, es uno de los referentes de calidad y especialización con más renombre en el sector. Marcial Pons (en la foto superior, Enrique Pascual aparece con el fundador, D. Marcial Pons) ha logrado en estos años construir y consolidar algo que los entendidos en marketing afirman que es tan difícil de conseguir: marca y buena reputación.

Obviamente, eso sólo se consigue a base de trabajo, profesionalidad y buen hacer, todo ello aderezado con dosis de entusiasmo y habilidad para las relaciones públicas. Historia, Filologías, Filosofía (las mal llamadas Humanidades), por un lado, y Economía, Derecho y Administración, por otra, conforman las aristas de un prisma bien pulido y que brilla con luz propia.

En estos días he charlado largo y tendido con Enrique Pascual y con Luis Domínguez. Esta es parte de nuestra conversación.

Con Enrique Pascual, librería Marcial Pons Economía y Derecho.

–Marcial Pons: ¿cómo se mantiene una marca tras tantos años? ¿Dónde está la clave de la permanencia?

«Nos acercamos a los 65 años de historia y la razón de nuestra longevidad reside, a mi entender, en la fidelidad a la idea original: la especialización. Desde sus orígenes Marcial Pons tuvo claro que debía especializarse y trabajar su catálogo con profundidad, de hecho su primera librería jurídica estaba dividida en tres salas, la de libro nacional, la de libro europeo y la de libro latinoamericano. No nos hemos desviado mucho de esta idea y es lo que ha hecho que nuestra marca esté tan ligada a las materias de nuestras especializaciones: Humanidades, Derecho y Economía.»

–¿En qué es competitiva una librería especializada como Marcial Pons?

«Somos competitivos en conocimiento. Sabemos lo que vendemos, son muchos años trabajando con las mismas editoriales y con el mismo tipo de libro y eso al final deja poso. Es un arma de doble filo, pues no puedes nunca bajar la guardia, las expectativas que tienen los clientes que nos visitan son muy elevadas y no podemos defraudarles.»

–¿El futuro de las librerías? ¿Resistencia u oportunidad?

«Si nos dejamos llevar por las noticias, los libreros estamos como el personaje de la película “Buried”, enterrados vivos y con el tiempo agotándose. Internet es sinónimo de desintermediación y de gratuidad, pero también de sobreinformación. Seguiremos existiendo en el mundo digital en la medida en que los clientes encuentren en nuestra actividad un servicio por el que consideren que merece la pena pagar. Desde luego que no todos tendremos cabida, pero aquellos que sepan clasificar y agregar con sentido la avalancha de información que se producirá tendrán mucho terreno ganado.»

–Recomiéndame un libro.

«Voy a recomendar un par de libros de nuestras especialidades:

  1. El arte de la duda del Magistrado Gianfranco Carofiglio, un libro de derecho distinto, escrito por uno de los autores policiacos de más éxito en Italia y que nos enseña qué es interrogar y cómo hacerlo, hará las delicias de los seguidores de películas y series de abogados.
  2. De economía recomiendo Breve historia de la euforia financiera del gran John Kennett Galbraith, escrito en los años noventa, no ha perdido un ápice de vigencia, debería ser de lectura obligatoria en bachillerato.

Y ahora, con Luis Domínguez (en la foto junto a Pedro Pons), librería Marcial Pons Historia y Humanidades.

–Un semblante personal sobre vuestra librería.

«Entré a formar parte del equipo de Marcial Pons en el año 1975. Unos años aquellos de muchos cambios en la sociedad española y, sobre todo, en el ámbito cultural (importación de libros prohibidos, reuniones y presentaciones de libros no autorizadas, etc.) Sobre estos temas se rodó hace unos años en M. Pons un capítulo de la serie Cuéntame, donde se daba testimonio toda aquella época.

»Marcial Pons librero es una librería de fondo, que se ha convertido en punto de encuentro y de referencia en las ciencias sociales. El equipo de profesionales que componen la plantilla es fabuloso, no dan un libro por perdido.»

–Una tipología de vuestros clientes.

«Nuestros clientes son personas exigentes, profesionales de la cultura y personas muy formadas que saben lo que buscan. El gran valor añadido de M. P. está no sólo en saber encontrar aquel libro difícil que nos demandan, sino en además saber aconsejar otros títulos que traten sobre ese tema. Con esta fórmula, el éxito está asegurado.

»Es curioso ver con los buenos lectores, de todas las ramas y profesiones, que cuando nos necesitan casi siempre cumplimos, y eso se traduce en conversación, diálogo, recomendación de  boca a oído, por parte de los clientes, que es la mejor publicidad; el frecuente paso de las visitas al establecimiento genera finalmente una confianza que termina diluyendo las fronteras entre  cliente y amigo.»

–Los retos que según tu opinión tiene una librería especializada como la vuestra.

«Nuestro reto a corto plazo es cerrar un círculo de servicios en nuestro sector.

»Empezamos como libreros, continuamos como editores y distribuidores, el nuevo reto es abrir una librería de libro antiguo. Otro reto inminente es la creación de un nuevo portal informático, para revistas y nuevos soportes del libro, donde las nuevas tecnologías nos permitan estar a la última en novedades editoriales, para que nuestros clientes puedan elegir dentro de nuestras especialidades, y en el soporte que quiera, libros, artículos, CD’s, Dvd, etc.»

–No quiero ponerte en un aprieto, pero ¿podrías recomendarme un libro?

«Comentar un solo libro me parece difícil e injusto, con el rico panorama editorial que tenemos en estos momentos en España. Te puedo sugerir tres:

1.–Marchamalo, Jesús, Tocar los libros (Fórcola, 2010): Es un libro delicioso, que no nació en un comienzo para la venta. Una obra poética de amor sobre el libro, que se hace breve, pero intensa. Por cierto, el primer ejemplar, el que yo leí, llegó  a mis manos como regalo de una clienta de la librería: a veces, el mejor consejero sobre los buenos libros son los propios lectores, y digo a veces, por no decir siempre.

2.–Gibbons, Stella, La hija de Robert Poste (Impedimenta, 2010): En estosmomentos de pesimismo, se agradece este tipo de libros: ameno, irónico, refrescante y picante con la literatura de la gran época Victoriana.

3.–Trapiello, Andrés, Las armas y las letras (Destino, 2010): No he podido resistirme a la tentación de reclamar la atención de una de las obras más importantes que reflejan el mundo de nuestras letras y el periodo de la guerra civil. Este libro, en su primera edición, se publicó aproximadamente hade unos veinte años, y vuelve con nuevos datos y una prosa, respetuosa pero inflexible; recomiendo su lectura por objetiva y veraz, sobre un periodo de la historia tan doloroso.

5 comentarios en “Mis libreros favoritos, 3: Marcial Pons”

  1. Hombre Javier,

    ¡Es inadmisible! Una entrada extensa, cuestionario a librero incluído, y ni por asomo encuentro la palabra “crisis” por ninguna parte. Bromas aparte, entradas como esta ponen de manifiesto que el sector de los libreros no puede ya seguir abrazándose como un todo homogéneo tampoco. Marca, tradición, reputación, viabilidad comercial… Y eso que estamos hablando de una librería. Es importantísimo poner el foco en este tipo de experiencias. Así que con tu permiso, me la llevo para un comentario en Pensódromo [21].

    Buen trabajo.

    –Por cierto, sobornar a Luís Domínguez para que recomiende un Fórcola en primer lugar, es todo un punto 🙂

    Abrazos.

    P.

  2. ¡Es una librería fantástica! De esas en las que no puedes entrar si has quedado con alguien porque seguro que llegas tarde; tanto libro bueno embelesa.

    Parece que es cierto eso que dicen de que la clave de las librerías va a ser la especialización y el trato personalizado y profesional con el cliente (lo último no debería sonar a novedad, pero me temo que… bueno, ya sabéis).

    Por cierto, por qué cuando la gente habla de Tocar los libros solo dicen que es un libro delicioso (que lo es) y no que las fotos que salen son curiosísimas y, además, que ¡DAN-EN-VI-DIA!

  3. Un lugar, como diría Bértolo, «para ser inteligente, para creerse inteligente, para sentirse inteligente».

    Una librería fascinante con una gente maravillosa y unos profesionales especialmente agradables.

    Carlos Pascual, Enrique, Mariana, Luis, María… personas inolvidables en un entorno con olor a magia.

    Muchas gracias por todo.

  4. Parece que este XXI Congreso quiere marcar un hito en el sector en un año en que se impone para todos una urgente reflexion sobre los retos de la industria del libro. Este Congreso en nuestra opinion se ha destacado sobre los anterios por Unas ponencias de gran interes y un alto nivel profesional de elaboracion.Una buena eleccion de instalaciones.Una magnifica seleccion de ponentes.Un nivel de participacion relativamente alto.Un respeto prusiano al cumplimiento de horarios.Unos debates de gran interes.Un liderazgo evidente que denota que la preocupacion y defensa del libro en la actualidad la estan liderando los libreros y los bibliotecarios.Una rica actividad en multiples comisiones que funcionaron sincronizadas y estuvieron centradas en temas verdaderamente importantes ante los retos esenciales del sector.Una decidida voluntad de liderazgo hacia el sector del que otros gremios deberian comenzar a tomar nota.Por poner algun pero al evento destacariamos dos cuestiones que nos parecen importantes A CEGAL le falta un oficina de prensa competente o debería abordar una externalización de la actividad que haga que un congreso de ese tipo tenga multitud de referencias en medios impresos nacionales y generalistas cuando no en telediarios y televisiones. Aunque el libro no mueve grandes audiencias ni es enormemente mediatico es imprescindible poner en los medios el libro a cualquier precio.No se observa la presencia de las grandes cadenas de librerias y no nos referimos a los grandes dinosaurios tradicionales del sector Marcial Pons Mundiprensa Diaz de Santos y Casa del Libro- sino a cadenas como Beta Bertrand Abacus Fnac Corte Inglés. Unas reflexiones finales: ¿Tienen sentido hoy los congresos gremiales?

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