No quiero entrar en polémica. No es mi estilo. Llevo 25 años participando en la Feria de una forma o de otra. En los últimos 8 como pequeño editor, compartiendo caseta con mis queridos colegas Conchita Piña, Ignacio Pajón Leyra e Isaac Juncos Cianca, paladines de la espléndida Edicionjes Antígona. En la última convocatoria de la dirección de la feria, hemos enviado nuestra solicitud de participación oportunamente cumplimentada. Porque la respuesta a la pregunta implícita es que SÍ: Fórcola, pequeña editorial independiente de Madrid, QUIERE ir a la Feria del Libro de Madrid.
El periodista cultural de turno, si es que me entrevistase, debería preguntarme ¿por qué?. Estas son nuestras RAZONES PARA IR A LA FERIA DEL LIBRO DE MADRID:
-porque consideramos que la Feria del Libro de Madrid, cuya titularidad es de la Asociación de Libreros de Madrid, es patrimonio intangible de los madrileños, y la decisión de su celebración no está solamente en manos de los libreros.
-porque la Feria del Libro de Madrid es más que una caja registradora o una simple feria de productos a la venta: forma parte insoslayable del patrimonio cultural y civil de nuestra ciudad.
-porque la Feria del Libro de Madrid es un icono de nuestra ciudad, de su memoria histórica, de su compromiso con la cultura y los valores democráticos, y esta nueva edición, la 79ª, debe convertirse en un faro de referencia y en un compromiso y apuesta por la renovación y reconstrucción del sector libro, tan duramente castigado por la pandemia y la crisis provocada por ella.
-porque la Feria del Libro de Madrid no solo aglutina a un centenar de libreros, sino a decenas de pequeñas editoriales, verdadero eslabón frágil de la cadena del libro. Son precisamente las pequeñas editoriales las que no estamos recibiendo ayuda alguna por parte de las instituciones, las que estamos viviendo lo peor de esta crisis.
-porque la Feria del Libro de Madrid, para estas decenas de pequeñas editoriales, es la oportunidad real y eficaz de dar a conocer al público nuestro trabajo, nuestros catálogos, no solo nuestras novedades, sino nuestro fondo, que normalmente es el primero que se devuelve cuando al librero le vienen mal dadas. Y a las pruebas me remito con las cuatro últimas liquidaciones de ventas que hemos recibido. Ya lo avisé hace unas semanas cuando les hablé del verdadero Atila de los libros: las devoluciones (y la dictadura de las novedades editoriales, que están llegando a paladas, ahora que las librerías están abiertas pero sin gente -no se dejen engañar con espejismos).
-porque la Feria del Libro de Madrid, en su historia, solo interrumpió su celebración por una Guerra Civil. Ahora no debería no celebrarse por culpa de la mentalidad pesetera de unos pocos, la cortedad de miras de unos cuantos más, y la ambición gremial, ideológica y corporativa de otros más.
Hace falta construir y transmitir el verdadero relato de la trastienda de la Feria del Libro de Madrid, algo que ciertos periodistas llamados culturales están contribuyendo a ocultar o maquillar con su connivencia -con los que ya Jacinto Benavente denominó los «intereses creados»- y su falta de profesionalidad -por la dictadura de lo políticamente correcto, o lo que yo denomino «periodismo memo»-.
VIVA LA FERIA DEL LIBRO DE MADRID.